Optimismo
Muchos tienden a ver un vaso que tiene agua hasta la
mitad como si estuviera medio vacío, en lugar de verlo como si estuviera medio
lleno. Al observar cualquier situación, la tendencia popular es la de pensar
sobre el lado malo de ésta en lugar del lado bueno.
Hay una historia didáctica en la literatura sobre el
personaje conocido como Robinson Crusoe. Él se encontraba encallado en una isla
desierta y tuvo que encontrar la forma de sobrevivir.
Mientras estaba en la isla, hizo dos listas. A una la
llamó “mala”, y a la otra, “buena”. Él pensaba en su situación y registraba
todo lo que le estaba sucediendo en cada una de las listas. Esto fue lo que
escribió:
“Estoy encallado en una isla desértica, lo cual es
malo. Sin embargo, todavía estoy vivo,
lo cual es bueno. Las demás personas del barco murieron, pero yo sobreviví”.
Después escribió: “estoy completamente solo, lo cual es
malo. Pero no me estoy muriendo de hambre, lo cual es bueno”.
Después de pensar más sobre su situación escribió: “no
tengo ropa, lo cual es malo. Pero por otra parte, aquí está tan caliente que no
necesito ropa, lo cual es bueno”.
Luego escribió: “no tengo armas para defenderme de los
animales, lo cual es malo. Sin embargo a lo largo de esta playa no hay animales
salvajes, lo cual es bueno”.
Finalmente escribió: “no tengo a nadie con quien hablar,
lo cual es malo. Pero el barco está cerca de la playa, y puedo conseguir allí
las cosas para mis necesidades básicas,
lo cual es bueno”.
Después de repasar su lista, Robinson Crusoe concluyó que
no había ninguna situación tan terrible como para que los humanos no
encontraran una razón para estar agradecidos con Dios. Había una perspectiva
consoladora en todo.
SINGH, Rajinder. Perlas
espirituales, para una vida iluminada, Radience Publishers, U.S.A, 206,
147pp.
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